05 de junio de 2008

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    05 de junio de 2008
  • Por la defensa del petróleo y la Soberanía Nacional



  • Embj. Gustavo Iruegas Secretario de Relaciones Internacionales del Gobierno Legítimo de México

    Emb. Alberto Székely, Asesor legal del Consejo para la Defensa de la Biosfera Chamela-Cuixmala

    Mtro. Fabio Barbosa Cano, Investigador Asociado en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM

    2da. intervención del Embj. Gustavo Iruegas Secretario de Relaciones Internacionales del Gobierno Legítimo de México


  • En apoyo a las iniciativas de Calderón


  • María de Lourdes Melgar Palacios, Consultora Independiente y Analista en Temas de Energía

    David Enríquez Profesor en Derecho Internacional en el ITAM
    Ponentes en Defensa del Petróleo y la Soberanía Nacional

  • Embj. Gustavo Iruegas (ponencia)
  • Embj. Gustavo Iruegas (2da. intervención)
  • Embj. Alberto Székely
  • Mtro. Fabio Barbosa
  • Sen. Pablo Gómez (réplica)


  • Ponentes en apoyo a las reformas de Calderón

  • María de Lourdes Melgar
  • David Enríquez
    2da. Intervención del Embajador Gustavo Iruegas
    Entrevista al Embajador Gustavo Iruegas

domingo, 8 de junio de 2008

El Despertar

Lorenzo Meyer, historiador y articulista, puso el dedo en la llaga: los científicos sociales son parcialmente responsables de la decadencia que sufre el país, a pesar de que el origen de nuestros problemas fue previsible, para quien quería verlos, prefirieron no ejercer la crítica a plenitud, por no afectar al poder y a los poderosos. Al ser designado profesor emérito del Colegio de México (Colmex), en donde ha trabajado casi toda su vida profesional, improvisó un discurso bastante ácido. Meyer puso de relieve una contradicción: las instituciones públicas de alta cultura tienen la obligación de criticar al poder, pero de él reciben los recursos con los que viven. En los compactos y elegantes discursos que precedieron al de Meyer, no sólo se hizo reseña de sus méritos que incluyen un reconocimiento internacional y nacional a sus investigaciones, sino la aportación que ha hecho al periodismo. Meyer es, sin duda, el continuador del periodismo crítico de Daniel Cosío Villegas, uno de los fundadores del Colmex.

Yo creo que los intelectuales como clase han preferido, y prefieren, la simulación, el disimulo, las medias verdades cuando se trata de denunciar los grandes problemas de México. No por candor, sino por conveniencia. Decir la verdad y toda la verdad implicaría malquistarse con quienes les pueden autorizar ventajas. Entre nuestra “inteligencia” se practica la coquetería y se vive un ambiente cortesano, como en la época del PRI, del porfiriato y del virreinato. Y es lógico: del poder se derivan no sólo subsidios, sino becas, acceso a medios electrónicos, anuncios para las revistas culturales, designaciones opulentas, etcétera. Hoy como ayer, para los políticos en funciones son música celestial los elogios de los grandes pensadores. Muníficos los compensan con dinero público (nunca con el suyo).

En contraste, Meyer está recibiendo otros homenajes por su independencia feroz. Uno insólito es el que le tributan en centenares de municipios de todo el país grupos opositores compuestos por gente sencilla, de clase media y media baja, distante de los grandes salones. Reciben, copian, distribuyen y discuten sus artículos. La conciencia y la información están cambiando rápidamente y este cambio cambiará al país.

Moraleja: al final de cuentas ser crítico independiente y honesto tiene sus compensaciones. La Jornada José Agustín Ortiz Pinchetti

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Renta y excedentes petroleros: una estimación

El viernes pasado el crudo ligero de referencia West Texas Intermediate (WTI) se cotizó en 138.54 dólares, 10.75 dólares por barril más que el jueves. Y nuestra mezcla mexicana llegó a 112 dólares. Las estimaciones más conservadoras indican un promedio anual de entre 120 y 130 dólares para el WTI y de entre 105 y 115 dólares para nuestra mezcla. Con ello, es altamente probable que los excedentes petroleros que se reúnan en nuestro país –independientemente de su destino– alcance los 80 mil millones de dólares, volumen de recursos nunca alcanzado en nuestro país. Estos excedentes son la suma de una renta petrolera que me atrevería a estimar en cerca de 35 mil millones de dólares y excedentes circunstanciales de mercado por 55 mil millones. Independientemente de esta estimación o de otra que pudiera ser mejor, es urgente que los legisladores reconozcan esta diferenciación. El primer componente de los excedentes petroleros depende, en lo fundamental, de los siguientes elementos:

En primer término, el costo de producción del yacimiento marginal, es decir, el de menor fertilidad, más desventajosa ubicación y mayor dificultad de producción, pero cuyo crudo es exigido por el nivel de la demanda, siempre fundamental para determinar dicho yacimiento marginal. Y en segundo término, el costo de producción de nuestro crudo, sin duda cada vez mayor por la caída en la producción de Cantarell y los costos crecientes de explotación en nuestro país.

¿Qué números actuales pueden ser considerados para estimar la renta petrolera de 2008? Dadas las decisiones de producción de la OPEP, en el primer caso –costo marginal de referencia– diversas estimaciones permiten pensar en un nivel cercano a 40 dólares por barril para un crudo semejante al nuestro, o próximo a 55 dólares para un crudo de la calidad del West Texas Intermediate. Este nivel no incluye ni los beneficios por el capital invertido en la producción ni los pagos por concepto de intereses de los financiamientos requeridos.

Respecto a la demanda mundial, un nivel que ronde los 87 millones de barriles al día para este 2008 es una buena estimación. Y, finalmente, y considerando los datos oficiales, podemos pensar en no más de seis dólares por barril como costo de producción de nuestro crudo.

Así, con una producción estimada en 2.8 millones de barriles al día, el ingreso anual por concepto de renta petrolera sería cercano a 35 mil millones de dólares. Pero si el precio medio anual de nuestra mezcla fuera –como se estima hoy– de 112 dólares por barril, el gobierno recibirá no menos de 58 mil millones de dólares más, suponiendo que Pemex Exploración y Producción debería guardar cerca de 15 dólares por barril para sus rendimientos de capital y pago de financiamientos.

Esos 58 mil millones más son lo que he llamado excedentes petroleros circunstanciales, en estos momentos derivados de la alta especulación en commodities, las presiones y riesgos geopolíticos que tienden a elevar el precio, y los márgenes que se pagan hoy para garantizar seguridad de suministro. Buena parte de estos excedentes circunstanciales puede derrumbarse de un momento a otro y desaparecer. Por eso no deben mezclarse con la estrictamente llamada renta petrolera, cuyo flujo es más permanente y más seguro, aunque siempre condicionado a los elementos que indique antes.

Mezclar o confundir conceptos (por cierto, reiteradamente en el debate actual en el Senado) y tratar legal y presupuestalmente a ambos componentes de la misma manera sólo conduciría –como ya sucede– a destinarlos inadecuadamente. Además, se reitera una terrible y regresiva fiscalidad, que sin petróleo apenas alcanzará un año de estos 11 por ciento del producto interno bruto, hecho económico y social realmente grave, sumamente delicado para nuestro futuro. Sin duda. La Jornada José Antonio Rojas Nieto

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De hoyos negros

A diario descubrimos los faltantes que nos legó la Gran Transformación de fin de siglo. La democracia se muestra huérfana de instituciones y lealtades, mientras la economía sufre una agresiva mezcla de insuficiencias y excesos cuyo resultado desolador es su vulnerabilidad frente a las veleidades del ciclo internacional y su incapacidad para ofrecer empleo e ingreso a quienes lo requieren. Esta situación la arrastramos desde que quedó claro que la coyuntura internacional favorable de fin de siglo era efímera. En el año 2000, el presidente Zedillo pudo presumir de entregar el mando con crecimiento económico alto y estabilidad financiera, junto con una alternancia en la Presidencia de la República en la que pocos creían incluso en ese año de (des)gracia. Pero la fiesta duró poco.

Lo que Zedillo no entregó, porque no era de su interés, fue un sistema político capaz de hacerse cargo de las enormes tareas de construcción institucional que el país tenía enfrente, y de producir el ingenio político-económico necesario para encaminar a México por una senda sustentable de expansión y redistribución como la que necesita. El saldo mental y social, además del estructural, es lamentable, y sólo los tontos pueden insistir en culpar al “sistema” presidencialista –el PRI-gobierno, como lo llamara don Manuel Moreno Sánchez– de lo ocurrido. Aquello de los 70 o 100 años perdidos con que Fox quiso inspirar su absurda alternancia sólo puede ser cultivado por vividores, aunque deba reconocerse que la ocurrencia ha dado a algunos pingües beneficios.

Abrumador es sin duda el déficit mental. Aquí no sólo impera el desorden, que tanto sufría el senador José Luis Lamadrid; la ignorancia y la falta de reflejos políticos e intelectuales se han apoderado de la escena pública y mandan a la esquina todo empeño, así sea solamente intuitivo, por pensar de nuevo el cambio sufrido para encontrarle algún sentido promisorio. Las arengas de Felipe Calderón a sus colaboradores no hacen sino confirmar patéticamente la situación. Mal hará, por otro lado, quien piense que este déficit fundamental se aloja sólo en los corredores de Palacio.

La embestida mediática contra el Congreso, los estudiosos y los partidos que debaten sobre el rumbo de Pemex, es insólita, y de eso habría que hablar mucho y reflexionar más. La primera deliberación pública y ordenada del siglo, en el marco de los órganos colegiados representativos del Estado, es tildada desde el púlpito electrónico o patronal de desperdicio y satanizada a más no poder. En el país de las maravillas, como diría Armando Labra, el debate es denostado y quienes lo hicieron posible satanizados por haber “impedido” una deliberación imaginada como trámite por el gobierno y sus asociados solícitos. Un gato con los pies de trapo.

Pero debate ha habido, y la idea de discutir y escuchar a expertos se instala como práctica de la democracia mexicana en los organismos del Estado, como las cámaras, proverbialmente alejadas de ella. El costo pudo haber sido alto, pero por lo visto había que pagarlo.

Ahora resulta, en el entender de muchos, que reclamar una consulta pública es extravagante, antidemocrático, táctica tropical dilatoria. Puede ser lo que se quiera, pero es sobre todo parte del inventario parlamentario que no se riñe con la doctrina ni la práctica constitucional, aquí y donde sea. Exigir una consulta no es contrario a lo que establece la Constitución en lo relativo a nuestro régimen representativo. En realidad, una consulta como la solicitada podría contribuir a transparentar un déficit mayor de nuestra democracia “otorgada”: el de la participación directa de la ciudadanía en asuntos considerados fundamentales, para los cuales los órganos normales de la democracia representativa pueden ser insuficientes para la legitimidad y la eficacia de la decisión que esté en juego.

Así ha ocurrido en democracias tan imperfectas como ejemplares como la italiana, en el divorcio; la tica, en las comunicaciones; la uruguaya, en la energía. Así podría ocurrir en nuestro caso si dejáramos los juegos de abalorios y el letrismo y admitiéramos la imperfección cada día más evidente del edificio democrático erigido a toda prisa al final del siglo XX.

La consulta no puede ser vinculante según la ley de hoy, pero no sobra ni es nociva u hostil al funcionamiento de una democracia que corre el grave riesgo de ser expropiada por los grupos de interés y por los negocios a futuro, con los que al parecer se comprometieron los de una “victoria” cultural que ya resulta pírrica y muy costosa. Para todos.

Lo que sigue: Calderón, enfrentado y vilipendiado por quienes lo apoyaron y financiaron. Ahora resulta que es pecado capital hablar en público de la política monetaria y de sus responsables. En mala hora, pero bienvenida, esta grotesca exhibición de cultura rentista de que han hecho gala columnistas y merolicos, y algunos editoriales y editorialistas. El gobernador Ortiz tal vez aprenda el significado del dicho aquel de “no me defiendas compadre”. Ojalá y que junto con él, los responsables del gobierno tomen nota del hallazgo presidencial y asuman que el juego de manos entre las autonomías tiene un límite. La Jornada Rolando Cordera Campos

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Letra y espíritu de la Constitución

Quiero dar una disculpa al Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM por lo que en un artículo anterior mío pudo parecer una generalización abusiva. En ese instituto hay varios jóvenes que hoy son brillantes puntales en su estructura académica que fueron mis alumnos en mis cátedras de teoría del Estado y de derecho constitucional en la Facultad de Derecho. Ellos aprendieron derecho constitucional conmigo y luego lo hicieron con otros o por sí solos. Cuando dije que a los oponentes a las reformas de Calderón sobre petróleo nos pusieron, entre otros, a jóvenes investigadores del IIJ no me referí a todos ni, mucho menos, a la institución. Sólo a los dos que nos adversaron. Debí haber aclarado que de ese excelente instituto también forman parte mis queridos amigos Sergio García Ramírez y Jaime Cárdenas Gracia, que no están de acuerdo con las propuestas de reformas, y que sólo me refería a su director y a un joven brillante e inteligente que es una promesa intelectual y profesional de la investigación jurídica (sólo tiene que amacizar un poco más su español y desarrollar su hoy deficiente formación teórico jurídica).

Ese descomunal constitucionalista e inigualable genio de la ingeniería electoral que es Jorge Alcocer dio un dagazo espeluznante al nudo gordiano del debate constitucional sobre las reformas: lo único claro aquí es que no hay nada claro en el artículo 27. Estoy empezando a creer que ya no hacen falta nuestras escuelas de jurisprudencia para estudiar el derecho y formar juristas.

Hay una hermosa obra de un ilustre transterrado español, el gran jurista, filósofo y sociólogo del derecho don Luis Recaséns Siches, que tituló Vida humana, sociedad y derecho y cuya primera edición fue de La Casa de España en México, de 1939. Hoy nuestros jóvenes estudiantes de derecho, por sobre las modas que corren, deberían leerla alguna vez. Aprenderían filosofía del derecho y les ayudaría a razonar. De esa obra me permito dar a mis lectores unos pasajes que no creo que les sea difícil entender:

“El Derecho es una forma objetivada [hecha realidad] de la vida humana. Está constituido por un conjunto de ideas –mejor diríamos de significaciones–, que constituyen reglas para la conducta humana. Esas significaciones fueron gestadas por unas mentes humanas, y aun vividas originalmente por unos hombres –por los que han creado una norma jurídica–… Esas significaciones (en suma, esas normas concretas) han sido elaboradas, confeccionadas, en unos actos vitales y por éstos, en una conducta humana –bien en la mente y voluntad del legislador, o bien en la comunidad productora de costumbres jurídicas–. Además, esas normas jurídicas, en cuanto se cumplen, en cuanto se realizan efectivamente, constituyen la configuración de una sociedad, la forma o estructura de unas existencias humanas… las significaciones que componen el Derecho positivo [vigente]… Y en la forma en que lo componen, tienen un origen histórico, concreto en el tiempo y concreto en cuanto a las circunstancias que condicionaron su nacimiento” (pp. 38-40 de la edición citada).

Esos pasajes postulan lo contrario de lo que los defensores de las reformas del gobierno en materia del petróleo siempre nos dicen. Recaséns afirma, por supuesto, que todas esas significaciones se convierten en conceptos, en fórmulas ideales (que no son sólo palabras), para poder razonar sobre el derecho, lo que hacen no sólo los juristas, sino y todos los días, los jueces. Pero lo que nos dice en los pasajes citados es que el derecho es vida humana real, cotidiana. Por eso, cuando los jóvenes juristas que nos enfrentaron se burlan cuando les decimos que nuestra Constitución es fruto, objetivación e identidad de nuestra historia, como lo hizo notar ese hermoso viejo que es don Juventino Castro y Castro, suponen varias cosas que son verdaderas aberraciones:

La Constitución y las leyes son meras palabras y las palabras cada quien las entiende como le cuadre: absurdo, porque las palabras son la envoltura exterior de un contenido que son los conceptos y los juicios jurídicos. La Constitución es sólo un texto y un fetiche: absurdo, porque la Constitución es la estructura del Estado, aparte de su forma escrita. Es también el resultado de una historia que los noveles juristas no conocen ni entienden. Si es un contrato social, por supuesto que tenemos que recurrir a autores clásicos como Rousseau y Kant (el primero, teórico de la soberanía popular; el segundo, fundador de la ciencia del derecho moderno) y no a nominalistas ignorantes.

Ellos piensan el derecho en abstracto: aíslan las palabras, sin percibir que las palabras forman conceptos o “significaciones”. Y, cuando uno les habla de “sentidos” y de “significados”, nos dicen “metafísicos”. Evidentemente, nunca han leído a Max Weber, que de metafísico no tiene nada y que a los nuevos juristas los oxida. En cualquier ciencia se trabaja con conceptos, incluso en las ciencias exactas. Razonar con sólo palabras es lo que se llama esquizofrenia.

Nuestra Constitución es nuestro contrato social, el resultado de la voluntad popular, expresada por nuestros constituyentes del 17 y los que luego vinieron (los que la reformaron). Si no les gusta, pues que la cambien. Que lo intenten si es que se sienten tan seguros de representar los verdaderos intereses de la Nación.

PS. Mi querido don Juventino no debió haberle contestado a ese antiguo hippie (“Gorila Maguila”, le decían en Guadalajara). A su atinada observación de que a Mouriño se le “perdió” también la Ley de Planeación y su artículo 20, que reglamenta el párrafo tercero del artículo 26 en materia de consulta a los diversos grupos sociales, “con el propósito de que la población exprese sus opiniones para la elaboración, actualización y ejecución del plan”, habría que agregar que en el Plan Nacional de Desarrollo no se incluyen todavía las reformas y, de acuerdo con el 26, que dispone la consulta, siendo su materia, obligadamente, una nueva parte del plan, esas reformas deben ser sometidas a consulta. Esta ley está vigente y el gobierno debe cumplirla y realizar la consulta antes, incluso, de que las reformas sean aprobadas por el Congreso. Si no se desea incluir el área del petróleo en el Plan de Nacional de Desarrollo, ello revelaría el muladar en el que nos han metido. La Jornada Arnaldo Córdova

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Integran comité mexiquense que organizará consulta sobre Pemex

Ecatepec, Méx., 7 de junio. José Luis Gutiérrez Cureño, presidente de la Asociación de Autoridades Locales de México Asociación Civil (AALMAC) y alcalde de Ecatepec, informó que quedó integrado el comité organizador de la consulta ciudadana sobre la reforma energética, que se efectuará el 27 de julio, y que este domingo sostendrá su primera reunión de trabajo con el jefe del Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon. En una sesión presidida por Ricardo Gerardo Higuera, coordinador de enlace institucional del Gobierno del Distrito Federal, el comité quedó conformado por los alcaldes mexiquenses de Ecatepec, Nezahualcóyotl y Tultitlán, José Luis Gutiérrez Cureño, Víctor Bautista López y Elena García, respectivamente, así como por Rabindranath Salazar Solorio, de Jiutepec, Morelos, e integrante de la mesa directiva de AALMAC.

Gutiérrez Cureño informó que el objetivo es lograr la participación de los 400 alcaldes emanados del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en todo el país, pero intentarán ampliar la convocatoria a los presidentes municipales surgidos de otros partidos, incluidos los alcaldes que son electos por usos y costumbres, que serían unos 800.

El Gobierno capitalino y los senadores del PRD, además de los partidos del Trabajo y Convergencia, iniciarán el cabildeo para que los gobernadores de otras entidades se sumen a la consulta, aseveró.

Asimismo, impulsarán la integración de una comisión nacional de consulta, conformada por técnicos, especialistas y académicos de prestigio, que presente las propuestas para la definición de las preguntas y la ubicación de las casillas.

En Ecatepec, por una mayoría de ediles de PRD y PT, con la ausencia de regidores del PRI y el rechazo del PAN, fue aprobada llevar adelante la consulta ciudadana. Se acordó instalar en este municipio mil 600 casillas.

Gutiérrez Cureño consideró que una sociedad moderna debe contar con instrumentos de participación ciudadana, como el referendo, el plebiscito y la consulta popular, entre otros instrumentos, para la solución de asuntos estratégicos. La Jornada Silvia Chávez González (Corresponsal)

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Proponen que consulta petrolera sea el 27 de julio en todo el país

Debido a que la propuesta de reforma energética que plantea el gobierno “va en contra de la Constitución”, las organizaciones que integran el Diálogo Nacional determinaron ayer, en asamblea, exhortar a todos los sectores que promueven la realización de una consulta en la materia a sumar esfuerzos para que ésta se efectúe el 27 de julio próximo en todo el país. Al respecto, Fernando Amezcua, secretario del exterior del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), precisó que, con la finalidad de conjuntar fuerzas contra dicha propuesta e impedir que sea aprobada en el Congreso, es necesario que “todos los que hablamos sobre ella nos sentemos a definir cómo se va a hacer y realizarla en todo el país el 27 de julio. Lo importante no es quién lo proponga, sino ponernos todos de acuerdo y que haya una sola, que sea representativa de lo que opina el pueblo”.

Recordó que en 2006, durante el desarrollo del cuarto Diálogo Nacional, “las agrupaciones participantes plantearon que sobre cualquier asunto de carácter nacional se tiene que efectuar, conforme al artículo 26 constitucional, una consulta”.

Sobre ello Eduardo Miranda Esquivel, presidente de la Unión de Juristas de México, y Daniel Ávila, de la dirección política de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, sostuvieron que es necesario efectuar una consulta nacional, porque la Constitución establece que la “soberanía reside en el pueblo”. De igual forma, esgrimieron que es necesario conocer la opinión de la ciudadanía sobre un tema que es de vital importancia para el país. Además, abundaron, porque eso dará “más fuerza” al rechazo a la propuesta.

En la citada asamblea nacional, que duró más de seis horas y en la que participaron unas 650 representantes de poco más de 200 organizaciones sociales, sindicales y populares de 16 estados, también se abordaron temas y se emitieron resolutivos sobre la abrogación de la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, el repudio a la reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT), la crisis y la soberanía alimentarias, así como la reivindicación de los movimientos sindicales y sociales y la defensa de los presos políticos, entre otros.

En lo relativo a la Ley Federal del Trabajo, el Frente Sindical Mexicano, encabezado por el SME, indicó que no es necesario modificar esa norma, sino aplicarla a cabalidad, pues proliferan los contratos de protección y las argucias de las empresas, las cuales argumentan una supuesta falta de recursos para “seguir apretando el cinturón a los trabajadores”, declaró Amezcua.

Respecto de la Ley del ISSSTE, Diálogo Nacional acordó apoyar y promover movilizaciones para exigir su abrogación y tener una respuesta en ese sentido en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Lo anterior en vísperas de que el máximo tribunal comience –el próximo martes– las audiencias públicas sobre esa ley.

Así, las acciones más importantes serán una marcha el 10 de junio del casco de Santo Tomás al Zócalo, y el 13 de junio otra de amparados contra la mencionada norma, de las oficinas del ISSSTE a la SCJN. La Jornada. Carolina Gómez Mena

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Nacionalismo recobra bríos por debate petrolero

Expertos señalan al PRI como el principal ganador de la resurrección de ese concepto que encarna al sistema político mexicano y divide a intelectuales y políticos THELMA GÓMEZ DURÁN
El Universal
Domingo 08 de junio de 2008
politica@eluniversal.com.mx Muerto y enterrado. Así lucía para muchos el “nacionalismo revolucionario” que resucitó con el debate sobre Petróleos Mexicanos (Pemex). Aunque su renacimiento se le debe a la izquierda, especialistas advierten que su presencia está dando nuevos bríos al PRI.

Los investigadores Roger Bartra, Álvaro Matute y Fernando Vizcaíno coinciden en que la discusión sobre el petróleo muestra como telón de fondo un debate sobre el futuro del nacionalismo mexicano que, desde hace varios años, vive una transformación.

Pemex es el símbolo más fiel del nacionalismo que predominó buena parte del siglo XX y ahora divide a intelectuales y políticos.

Así, mientras el historiador Lorenzo Meyer propone rescatar el “nacionalismo defensivo frente a Estados Unidos” y hacer de Pemex una empresa que “evoque un nuevo nacionalismo”, voces como la de Héctor Aguilar Camin consideran a “la mitología nacionalista” como una de las calamidades de Pemex.

Gracias al nacionalismo, el petróleo es considerado “parte del alma mexicana”, señala Roger Bartra, experto de la UNAM.

Así se ha enseñado por generaciones, a través de los libros de texto, resalta el también investigador de la UNAM, Fernando Vizcaíno Guerra: “Para bien o para mal, el Estado enseña, desde que somos niños, que el petróleo es de los mexicanos y que su explotación debe ser exclusiva del Estado. Cualquier reforma que se pretenda tendrá que considerar ese peso ideológico”.

La visión nacionalista, destaca Bartra, “se sobrepone a cualquier consideración científica, económica o técnica del asunto del petróleo”. Es por ello, resalta, que la discusión sobre la reforma energética es “un debate en torno a la imaginería nacionalista”.

Para el autor de La jaula de la melancolía, este debate muestra “todos los vicios y condiciones críticas en que opera el sistema político mexicano”.

Arranquesnacionalistas

Fernando Vizcaíno, especialista del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, prefiere hablar de “transformación” en lugar de “crisis” del nacionalismo.

Esta transformación, menciona, inició con el gobierno de Carlos Salinas de Gortari. En ese sexenio, con el encarcelamiento del líder del sindicato petrolero, Joaquín Hernández Galicia La Quina, comienza a declinar el símbolo de Pemex como elemento para exaltar la nación. Esa tendencia continúa con Ernesto Zedillo, mientras que el “panismo no sabe qué hacer con esa figura”.

Para Álvaro Matute, experto del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, el nacionalismo “nunca ha estado del todo muerto, siempre ha estado latente, incluso, más fuerte de lo que muchos piensan”.

Desde su perspectiva, la inyección de nacionalismo en la discusión sobre el futuro de Pemex es “una devolución de confianza a la capacidad tecnológica mexicana”, un asunto que se ha soslayado en los últimos años.

Para Bartra, los “arranques de nacionalismo” traerán consecuencias a la izquierda: “Provocarán que el PRD retroceda electoralmente el año que viene”. Tampoco aplaude la posición que ha tomado el gobierno de Felipe Calderón en el debate actual, porque lo mira como “un intento bastante tibio de darle a la reforma energética un carácter tecnocrático”.

El estudioso del sistema político mexicano lamenta que no existan condiciones políticas para ninguna reforma sustancial en lo “electoral, económico o político”.

Los ganadores

En el debate del petróleo y en la parálisis política del país no todos son perdedores. “En esa especie de pantano que existe entre la derecha y la izquierda se encuentra el PRI, que está actuando en forma oportunista, observando solamente las próximas elecciones y no la importancia real de los temas políticos y las reformas que necesita el país”, señala Bartra.

En eso coincide Matute. “El que está agazapado detrás de esto es el PRI; recupera su antigua ideología, a la que había renunciado o que había dejado a un lado”.

Señala que este renacimiento del nacionalismo, cuyo peligro sería “la fetichización del petróleo”, debería servir a todos los sectores para revisar sus ideologías; en términos prácticos sería “ponerse más de acuerdo consigo mismo para dibujar sus plataformas”.

En esa crisis o transformación del nacionalismo mexicano, la democracia, coinciden los tres, busca un lugar como símbolo nacional. Sin embargo, desde la perspectiva de Bartra, será difícil que lo halle, sobre todo porque la ciudadanía vive una desilusión ante la transición democrática.

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Gracias Por Tu Visita ... Pemex No Se Vende